
Aquí están: Mafalda (la más grande), Tintín (la mediana) y Archy (la más pequeña y desconfiada). Las tres son adoptadas; somos su segunda familia.


Ya son seis.
La ardilla entierra en el suelo frutos otoñales a modo de despensa, cuando abundan en la naturaleza, para consumirlos posteriormente cuando escasean los alimentos. Muchas de estas semillas no las localiza o quedan olvidadas, posibilitando que de ellas nazca un nuevo árbol. De aquí que la ardilla ha sido llamada como “el plantador de árboles”
